Entrevista
Conferencia Internacional del Trabajo 2024 : Cuestiones en juego y oportunidades para los trabajadores
En un contexto mundial caracterizado por crisis económicas, climáticas, sanitarias y sociales sin precedentes, Béatrice Lestic, Vicepresidenta – Trabajadores, de la 112ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) – comparte su visión del “contrato social renovado” presentado por el Director General de la OIT. En esta entrevista, subraya la importancia de un compromiso universal e inclusivo para la protección de los trabajadores y la necesidad de políticas coherentes para garantizar un futuro próspero y equitativo. La Señora Lestic aborda asimismo los desafíos específicos vinculados con los peligros biológicos y la discriminación en la economía del cuidado, y expresa sus expectativas para esta 112ª reunión de la CIT.
4 de junio de 2024
El Director General ha presentado este años su memoria titulada Hacia un contrato social renovado, con el objetivo de “hacer realidad la justicia social como fundamento de la paz permanente, la prosperidad compartida, la igualdad de oportunidades y transiciones justas”. ¿En qué medida es importante para usted el contrato social renovado para los trabajadores?
Béatrice Lestic: Los efectos combinados de las múltiples crisis (económicas, climáticas, sanitarias, democráticas, causadas por guerras…) que el mundo experimenta desde hace varios años hacen difícil hoy en día la consecución de la justicia social y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas de aquí a 2030. Ahora bien, reviste carácter urgente situar a las personas y al planeta en el centro. Esto conlleva poner realmente la economía al servicio de las personas, proteger a los ciudadanos y los trabajadores, y salvar el planeta de las diferentes amenazas que se anuncian. Si bien el nuevo contrato social debe ser inevitablemente universal e inclusivo, y beneficiar a las trabajadoras y los trabajadores de todo el mundo, sea cual fuere su situación, también debe tener una función redistributiva. En efecto, las ganancias obtenidas de los avances económicos y tecnológicos deben redistribuirse de una manera equitativa, porque los trabajadores contribuyen, mediante su trabajo, a la creación de riqueza. Estas ganancias también deben permitir inversiones indispensables en los servicios públicos y la educación, y garantizar una protección social para todos. El diálogo social a todos los niveles constituye una herramienta eficaz para hacer frente a los desafíos y las crisis, aportando soluciones concretas.
En la actualidad, el mutilateralismo se ve amenazado por el déficit de confianza en las instituciones nacionales e internacionales. Es hora de que haya una verdadera coherencia de las políticas en el sistema multilateral, concretamente en términos de políticas sociales, entre los diferentes organismos de las Naciones Unidas, pero también con las instituciones financieras internacionales. En este marco, la OIT, que es el único organismo internacional tripartito, debe desempeñar plenamente su papel de liderazgo en lo que respecta a las cuestiones sociales. Por lo tanto, debe tomar medidas de cara a este contrato social renovado, apoyándose en las normas y en las Declaraciones de la OIT para concretarlas y aplicarlas efectivamente. El diálogo social tripartito es exigente, pero ha podido demostrar, desde la creación de la OIT, que un marco que exige normas sociales no constituye un freno a la prosperidad económica y mejora la vida de los trabajadores.
La Declaración de Filadelfia, cuyo 80 aniversario celebramos este año, nos recuerda con mayor razón que “el trabajo no es una mercancía; la libertad de expresión y de asociación es esencial para el progreso constante; la pobreza, en cualquier lugar, constituye un peligro para la prosperidad de todos”.
ACTRAV INFO: Uno de los principales temas de la Conferencia se refiere a los peligros biológicos, como ha demostrado la reciente pandemia de COVID-19. ¿Qué progresos deben realizarse para garantizar la protección de los trabajadores, en particular los que se enfrentan a riesgos en los hospitales, los laboratorios y los empleos que están expuestos a bacterias y virus?
En 2022, la Conferencia Internacional del Trabajo reconoció como fundamentales dos nuevos convenios de la OIT relativos a un entorno de trabajo seguro y saludable (los Convenios núms. 155 y 187 de la OIT). Esto significa para los Estados Miembros, con independencia de que hayan ratificado estos Convenios, o no, que deben garantizar su aplicación y promoverlos. La pandemia de COVID-19 también puso de relieve la importancia de proteger a los trabajadores ocupados en los sectores en los que existen riesgos, y en los sectores, esenciales, que han permitido garantizar la continuidad económica y social en muchos Estados. El objetivo de la discusión normativa sobre los peligros biológicos es responder a esta laguna normativa. Por consiguiente, es indispensable que esto se traduzca en un convenio que cubra a todos los trabajadores, sin excepción. Así, esta norma debe poder reconocer un principio general de precaución para hacer frente a los riesgos biológicos en el propio entorno de trabajo.
ACTRAV INFO: En vista del crecimiento y del envejecimiento de la población en ciertas regiones del mundo, el sector de la economía del cuidado y de los servicios a las personas experimentará un auge en los próximos años. Es bien sabido que es un sector de la economía formal e informal que está particularmente afectado por la discriminación por motivo de género y de clase social, y en el que las mujeres y las jóvenes están subrepresentadas y, a menudo, mal remuneradas o no remuneradas. ¿Qué medidas concretas pueden adoptarse para proteger a las trabajadoras de la economía del cuidado frente a la discriminación que aumenta su precariedad?
Los empleos de la economía del cuidado están sumamente feminizados. Se caracterizan por las desigualdades profesionales entre las mujeres y los hombres: salarios bajos, competencias profesionales mal reconocidas, malas condiciones de trabajo, penuria … y la situación se ha deteriorado más aún después de la pandemia. Es fundamental que estos empleos del cuidado se valoricen, porque los cuidados contribuyen al bienestar y constituyen un elemento indispensable de la sociedad. Para ello se necesitan políticas de inversión pública a fin de garantizar empleos de calidad en el sector del cuidado. En relación con esto, la discusión sobre la economía del cuidado es esencial. También es indispensable garantizar la aplicación del principio de igual remuneración por trabajo de igual valor, tal como prevé el Convenio núm. 100 de la OIT. Debe apoyarse en la transparencia de la remuneración y el establecimiento de políticas salariales y de mecanismos de fijación de salarios que promuevan la igualdad entre las mujeres y los hombres, así como la no discriminación, tal como lo aprobó la Reunión de expertos de la OIT sobre políticas salariales el pasado mes de febrero. Otro punto importante es la valorización de las trayectorias profesionales que deben traducirse en una formación autorizada de calidad y en el desarrollo de competencias para todos los trabajadores del cuidado. Las cualificaciones deben reconocerse y ser transferibles, para que los trabajadores del cuidado que lo deseen puedan cambiar de empleo en este sector.
Por último, cabe subrayar la importancia del acceso a la protección social para todas las mujeres y todos los hombres, pero también la protección de la maternidad, el derecho a una licencia parental y a una licencia de paternidad suficientemente remunerada, y el derecho a una licencia para los cuidadores que permitan un reparto más equitativo del trabajo de cuidados entre las mujeres y los hombres, ya que estas responsabilidades familiares esenciales, pero no remuneradas, son asumidas a menudo por las mujeres, en detrimento de su actividad profesional. En relación con esto, se necesitan actividades normativas de la OIT para colmar las lagunas jurídicas existentes.
ACTRAV INFO: ¿Cuáles son sus expectativas y sus esperanzas para esta 112ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo?
Las cuestiones en juego de la 112ª reunión de la CIT son múltiples y responden a los retos que tienen un impacto en el mundo del trabajo y que afronta la OIT.
Es importante que la OIT preserve y (re)afirme su función normativa original. La derogación de cuatro convenios de la OIT que se ha votado debe ir acompañada necesariamente de una aceleración de la elaboración de nuevas normas, pero también de la ratificación de los convenios actualizados. Los trabajos de los mandantes en la discusión normativa sobre los peligros biológicos son esenciales en este sentido, porque deben dejar constancia del principio de la adopción de un convenio sobre el tema el año próximo. Asimismo, la discusión recurrente sobre los principios y derechos fundamentales en el trabajo debe permitir revitalizar la acción en favor de la ratificación y la aplicación de los convenios fundamentales de la OIT. Los diferentes casos de países discutidos en la Comisión de Aplicación de Normas deben conducir a conclusiones vinculantes para los Estados que ratifican los convenios específicos. El tripartismo y el sistema de control de las normas de la OIT desempeñan aquí un papel esencial para garantizar el respeto de los convenios y de los derechos de los trabajadores.
Las conclusiones que adoptarán las diferentes comisiones deben ir acompañadas de acciones firmes para los mandantes, y beneficiar en particular a todos los trabajadores, con miras a hacer realidad la justicia social. Esta 112ª reunión de la CIT debe ser un punto de apoyo esencial para la Cumbre Social Mundial organizada por las Naciones Unidas en 2025.
Por último, la sesión especial organizada a raíz de la memoria del Director General sobre los territorios ocupados ha revelado la urgencia absoluta de la situación y la necesidad de un compromiso concreto de los Estados Miembros para apoyar a los trabajadores palestinos.